Tras 4 años a la sombra de Guardiola, para la sorpresa de muchos, pero, sobre todo, para el alivio de muchos más, Tito Vilanova fue el elegido para sustituir a Pep al frente del banquillo azulgrana, probablemente, en ese momento, uno de los asientos más complicados de ocupar del mundo. Han pasado unos 8 meses desde que tomó posesión de su nuevo cargo, los últimos dos de ellos los ha pasado en Nueva York tratándose de su dolencia, pues bien, yo, ya llevo más de un mes y medio echándolo de menos.
Como no podría ser de otra manera, tal como le sucediera a Guardiola, desde los medios cavernarios restaban todo el mérito que podían a la labor de Vilanova con las excusas de siempre, que si ese equipo se entrena solo, que si con esa plantilla cualquiera es buen entrenador, vamos, las típicas falacias que se inventan por Madrid para no reconocer méritos azulgranas.
Todo esto siguió por este mismo camino hasta el fatídico día 19 de Diciembre en el que el F.C. Barcelona emitía un comunicado oficial anunciado una recaída de Tito Vilanova.
Desde el momento del anuncio de la recaída han pasado algo más de dos meses, en los que, sin ningún género de dudas, se ha demostrado que toda la sarta de tonterías que se decían acerca de lo fácil que era entrenar al Barça se han desmoronado junto con el propio equipo.
Jordi Roura, hasta ese momento segundo de Tito, fue el elegido para cubrir la baja de este mientras se tratase de sus dolencias, en principio se habló de unas 2 semanas de ausencia, así que parecía lógico que el segundo se hiciese cargo del equipo el par o tres de partidos que Tito no iba a estar. Pasaron esas dos semanas, con el equipo en un nivel muy similar al mostrado antes de la ausencia de Tito, y se dijo que la baja de Tito se iba a prolongar un tiempo más, se habló de finales de Marzo como la fecha para el regreso del técnico, pero, en realidad, nunca se fijó una fecha para su vuelta. A partir de ahí, todo cambió.
El equipo perdió al líder que los guiaba desde la banda, Roura no estaba preparado para guiar a esta plantilla, es más, nunca tuvo que ser esa su misión, así que, poco a poco, ante la mirada de todos, el equipo se fue descomponiendo hasta llegar a lo ocurrido frente a Milán y Real Madrid.
No es tan fácil entrenar al Barça como muchos decían, no es tan fácil mantener el nivel competitivo que este equipo esta manteniendo durante los últimos 5 años, no es tan fácil salir todos los días al campo y estar al 100% tanto física, como mentalmente, cualquier equipo necesita un líder, una referencia a la que pedir respuestas cuando las cosas no van bien, Tito, en solo 6 meses, demostró que puede ser esa referencia, Roura, en solo mes y medio ha dejado claro que, por ahora, está muy lejos de poder llegar a serlo.
Solo nos queda desear que Tito se recupere al 100% de su enfermedad y que regrese a Barcelona para volver a ser el líder que este equipo necesita.
Tito, en solo ocho meses ha pasado a ser tan vital como lo era Guardiola antes de irse, el Barça necesita a Tito, ha demostrado ser idóneo, el problema es que, aunque suene duro, el Barça no va a poder esperar a Tito mucho más tiempo del que lo está esperando, no se puede permitir que el proyecto se desmorone poco a poco como está pasando. Seguro que los jugadores darán el máximo para intentar dar la vuelta a esta situación pero, aun así, la figura del entrenador, uno de verdad, se ha mostrado imprescindible.
La directiva y la dirección deportiva tienen una patata caliente entre las manos, espera a Tito como hasta ahora y cruzar los dedos, o buscar alternativas hasta que este esté recuperado, por ahora, sus soluciones se han demostrado nefastas, esperemos que afinen sus pensamientos.
Tito, todos los culés te queremos y te deseamos lo mejor, nos has demostrado que eres mucho más importante para este equipo de lo que pudiera parecer. Esperemos verte, cuanto antes, de nuevo en la banda dando órdenes a nuestro equipo.